Copihue Poetry

Envejecida,
menguando al fin en el tiempo
La tierra arde por nuestras manos
sin importar cuántas veces la ungimos
Un camino abierto,
ninguna excusa para la velocidad
Considera de nuevo la agonía
lenta y constante de la necesidad
Después de despertar en el país de las maravillas,
ese México profundo,
adopta su mágico absurdo
Es un optimismo químico
Como acertijos escritos en la piel,
lecciones de permanencia
Una progresión natural de acordes,
una extensión de la mano para mover la muñeca
impartiendo en un instante un recuerdo lejano
Los filamentos giran, los capilares se dilatan
las pupilas nublan sus globos oculares lechosos
Las distorsiones cognitivas ahora son claras:
En retrospectiva retrasada, no tarde
Esperando que las cicatrices queloides,
heridas viejas ricas en colágeno, se coagulen,
piensa: “¿Quién será testigo
cuando las últimas estrellas se apaguen?”
Medido está el tiempo
en el que conocemos
la benevolencia del sol