Jèssica Pujol Duran
El ciclo de las baristas
Now receive word that your goddess has fucked off.
Subjugate the remnants of your promise into anger at your staff.
—Verity Spott, Click Away Close Door Say
Después de que el metro abra sus puertas
Después de que el centro comercial abra sus puertas
Después de abrir las persianas
y de que una contraseña abra las puertas a mi jornada laboral
Con el calzado adecuado, mi nombre en la etiqueta,
accedo a mi puesto, encendemos las máquinas,
represento la coreografía de los gestos:
Al otro lado del pasillo una cabra de cartón anuncia la sección de quesos del supermercado
Un salto ungulado, como los que desprenden piedras de los peñascos del Mediterráneo, por encima de mesas, tés y pastas, es lo que me separa del almuerzo
El supervisor, a mi derecha, trata de compensar con gestos estrictos el estricto papel secundario de su
franquicia:
me pica la mano
la leche no tiene espuma
tuerzo la lengua hacia fuera
francamente
Ernesto
entro texto
aquí
(balo)
Asciendo por las sendas elípticas del centro comercial,
arbusto incendiado, brincando, cabreada,
a punto de dar el cambio en la caja
vuelvo a bajar por las escaleras mecánicas
con mi ubre inmensa
amamanto este orden filiforme de entrada y salida
Una mezcla de espuma y ceniza
espolvorea las piedras amarillas
Giro la manivela del espumador
por cada café con leche en la superficie
con pequeñas vibraciones de la muñeca
trazo un corazón;
por cada posibilidad de que tú aparezcas por las vueltas del mostrador
percibo
un nuevo imaginario
en torno a | él | bello gesto, los bellos ojos, los dorados cabellos aceleran las horas de mi contrato
aunque tú no eres la excusa para esto
Esto no es un capricho
Llegaba tarde, nos topamos en el metro y no me dejaste pasar
¿qué marca de quita grasa utilizas tú?
Yo no tengo tiempo de incorporar la burocracia de la renta anual a mi jornada,
y si resbalo ¿cómo será con el seguro?
(intercambios infligidos
paños sucios y rasgados
labios bien pintados
lavarlospañoslavarlasmanos
perfilar
los
labios
Me muevo sigilosamente, Durga impasible, en cada mano un utensilio
Recorro las botellas de los jarabes,
mis dedos en las etiquetas:
plátano, almendra, fresa,
vainilla, avellana, albaricoque,
la viscosidad afluye
Recuerdo todos sus nombres
y lamo los bordes
Mi supervisor me pica la mano cuando no inclino correctamente la jarra de calentar la leche en el espumador para texturizarla a 60º
Yo soporto el peso de la taza en el plato
con la cucharita,
el azúcar,
el biscotti de cordialidad
Mi cuerpo es frío y viene del futuro
No cualquier relato sirve:
el poder desenfocado
la costumbre del abuso en el significante
la búsqueda del timbre de tu voz en otros cuerpos:
pruebo suerte con otro tiempo del verbo
Un viaje alterado un vocabulario deshecho
y la novedad desenfocada en el tablero sináptico que se ilumina
por acierto y por error
por acierto y por error
por acierto y por error
serpentinamente
Antes de tropezar con la maleza bailábamos danzas intersubjetivas en el borrajo, Alicia, tu cara en mi mar una lágrima
El lenguaje incorporado no tenía cuerpo
Pero aquí todo son faltas,
como demasiado
poco o demasiado,
ahora, tiemblo imaginándome:
de cháchara sobre el clima con el cliente
de cháchara sobre la planificación semanal con los compañeros
de cháchara sobre la inclinación de la jarra en el espumador con mi supervisor
Mi nueva lengua dícháráchérá
no se identifica con mi viejo cuerpocontenedor
y yo tiemblo
en la relación
Perder la distancia por una mentira informativa
es un ejemplo
Perder la distancia por un murmuro tóxico
es un ejemplo
Perder la distancia por un recuerdo almibarado de tu abuso
es un ejemplo
otro ejemplo
del temblor
Mis movimientos entrecortados por la reflexión < la reflexión
entrecortada por su transcendencia < la idea
se remonta al ser pleno < la mancha
de café a la quemadura < la quemadura
al tacto:
no somos
para nada
imaginarias
En cada reverberación se va enjuagando la conciencia
Esta es mi jornada laboral
Di-di, ¿cuánto falta para que llegue?
tarareamos ¿cuánto faltará?, ¿cuánto faltará?
El trayecto de las manecillas es largo, mi productividad encerrada en la cárcel de este imaginario, lejía y jarabe, una cadena de conceptos
Laura, ¿cuánto faltará?
Las burbujas en la superficie enfriada exhalan aire líquido,
nuestras sonrisas se superponen como estampas en las cartulinas de fidelización de los clientes,
las cimbras que unen nuestra bóveda láctea son lenguaje coloquial
Giro la manivela, Go-Go,
nuestro baile evaporado,
tarareamos juntas
hasta la nómina
por el espacio uniformado
Los cuerpos de los trabajadores circulan sin tocarse por el pavimento que reúne nuestras células muertas como matojos rodando
Este es el Oeste de la costumbre:
aquí los jarabes, las galletas y la repostería
tienen el sabor de la marca,
el café es de libre comercio,
las leches no tienen lactosa
La travesía es solitaria
y caprichosas son las formas del deseo,
- bostezo mientras barro -
Qué importa terminar ahora, colega,
nos engulle
la futilidad de los turnos
Busco trabajo en los clasificados
en tres jornadas de training se aprende lo básico
Soy muy comunicativa, fui a la escuela, estoy disponible en varios idiomas
La reinvención del sí-misma
Masticamos los sándwiches caducados
Antes de que el metro cierre sus puertas
Antes de que el centro comercial cierre sus puertas
Hemos apagado los botones de la máquina del café
Hemos limpiado los filtros, la manivela del vapor
Hemos sacado el polvo a las sillas y mesas de madera
Hemos encendido el lavaplatos
Hemos repuesto las botellas en la nevera, los jarabes en la estantería, las galletas en los contenedores de vidrio, los pasteles en el aparador, los biscotti en el cajón
Hemos apartado los productos caducados
Hemos vaciado la caja
Hemos apagado las luces del establecimiento
Hemos cerrado las puertas
Hemos bajado las persianas
Acompañémonos tiernamente
a la sala de los trabajadores
Deshagámonos en el casillero:
nombre, calzado, egida,
y bajemos juntas al metro
yo inhalando - tú exhalando
el humo de un liado para terminar en el sofá
donde concluye el periplo circadiano
de las baristas
El uniforme sin nombre se seca colgado de una percha en el dormitorio,
los restos de la cena se secan en el plato,
la colada contiene el aire en una bolsa de plástico;
pregunta, ¿cuánto falta para llegar?
El campo que nos envuelve aumenta su tamaño
con la impresión de lo no nombrado
cuando en el almacén de ángulos muertos aparecen traducciones fisiológicas
se pasea el zorro por mi ventana
Pruebo suerte con otro tiempo del verbo | prueba que no termina
la relación
en el sueño
Un viaje alterado
Se calculaba un cambio de dirección en la relación consigo misma
Una versión más adaptada
a las circunstancias que encuadran nuestro horizonte
una parábola
que no no regresará
como se fue
¿cómo se fue?,
¿y cómo va a ser
que regrese como era?
¿cómo era?
¡Ay, no sé, Marcel,
no me acuerdo!
Había cuatro puntos que había de cambiar para que pudiera ser como debiera ser:
principalmente, ahora sí me acuerdo,
ESTOS eran los puntos:
1
2
3
y
4
Los he analizado mientras los nombraba y estoy de acuerdo conmigo mismo, asiento conmigo mismo, era necesario un cambio, era ineludible otro sujeto, me atrevería a decir otrora una cáscara, debería presentarse reluciente a su vuelta debería ser ESTA de ahora en adelante y hasta futuro cambio
(júbilo familiar, se abren las persianas)
Son las 6 de la mañana
Esto no es un capricho