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Luis Acebes

Zapatos

Universitarios con trencas corrían por mi calle
mientras mi abuelo se quitaba los zapatos muy despacio.
Julita, la viuda del ático, decía que hablaba con la Virgen
y le contaba los ríos de sangre que correrían de nuevo
por España. De todo ese tiempo lo que más recuerdo
es la imagen de mi abuelo descalzándose. El lomo negro
del cielo saliendo de su pie. Comenzaba a ser
un trabajo forzado y hasta podía ver la peana de hierro
que se iba formando en la base de su vida. Los que corrían
por mi calle eran jóvenes y no tardarían tanto en descalzarse
llegada la noche (para ellos una lámina de oro
sobre la frente del tiempo; para mi abuelo
el ámbar del último semáforo).

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