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Matthew Geden, traducido por Yairen Jerez Columbié

Coral

La playa de coral cruje
bajo nuestras plantas, se escurre
en el suelo a la izquierda y la derecha
mientras seguimos el camino del Atlántico salvaje

guiados o llevados por la ventisca,
fragmentos dispersos
cual migajas o inmaculadas
criaturas de mar vueltas polvo.

Hace rato que pasamos Carraroe
pero nos seguimos sorprendiendo a cada giro,
fascinados por una nueva vista
un bálsamo de claridad para los ojos.

Alguna vez fuimos también exóticos,
nadamos en tecnicolor: anémonas,
zoantarios, coral azul, corales blandos,
abanicos de mar y látigos de mar, ensoñación

surreal en mareas pasadas. Ahora estamos hechos
tierra, restos en el cenicero,
en la alfombra o el asiento del carro.
Pronto todo coral se habrá esfumado,

una mancha rojiza o un modesto rubor
cuando la tarde se diluya en el crepúsculo.

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