Angela Acosta
Así es el Día de los Muertos en Ohio
No crecí celebrando el Día de los Muertos
con un altar que montamos para los bisabuelos
tal como lo hacen mis amigos,
pero sí creo en su magia hasta en Gringolandia.
Éramos todos en la planta baja
el 1 de noviembre con nuestro árbol de deseos
y docenas de estudiantes de español bien curiosos
para saber cómo celebramos este día con un altar improvisado.
Los poetas nos dieron la bienvenida al estilo luchador,
gritando para tumbar nuestros miedos
y así gritamos y lloramos juntos para
nuestros queridos difuntos de Quito, de Ohio y de Panamá.
En nuestra celebración bilingüe había de todo:
pan de muerto estilo Michoacán con semillas de sésamo,
gente aprendiendo por qué es un día con un lado risueño
y estudiantes saboreando nuestros dialectos de español.
Se tiene que dar explicación de dar introducción educativa
aquí en Gringolandia y sinceramente hasta hace poco yo también las necesitaba.
Pero al entrar en el evento y vivir la experiencia, queda poco más que decir
a los estudiantes que nos miran con ojos asombrados y bien contentos.
Así es el Día de los Muertos aquí en Ohio,
donde los participantes o comparten o aprenden
y, sobre todo, todos recuerdan que no hay que temer el duelo y la muerte
sino bailar con ella tal como lo hacían nuestros antepasados.