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Ítalo Berríos

La casa derrumbada

Ahí está mi casa
las ventanas ojerosas agonizan.
Mírala:
se derrumba hoja a hoja
la casa de la infancia.
No hay horas
los niños que fuimos
aún se ocultan entre las ramas del palto
mientras la noche amenaza
y la fría estrella empieza a arder.
No volverán.
Enterrados en el barro del tiempo
sólo vuelven los torpes fantasmas,
su silencio amargo.
Y la abuela enciende la vela de la madrugada
para borrar unas cuantas sombras de tu pieza.
Pero no esta vez.
No podrá guardarla.
La casa se derrumba,
los niños que fuimos
seguirán jugando sobre los mismos árboles
mientras tu casa desaparece.
Cada vez que lees
una tras otra
estas palabras,
tu casa, la de entonces
desaparece para siempre.

De En una carretera al fin del mundo, 2020,

El Kultrún ediciones, Valdivia.

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